Crónicas del Horror el caso de la muerte premeditada y alevosa de una Ex Republica llamada Venezuela:Por Carlos Ñañez.

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Crónicas del Horror el caso de la muerte premeditada y alevosa de una Ex Republica llamada Venezuela:Por Carlos Ñañez. Foto: Archivo

Finalizan nueve meses del terrible año 2018 y  en el eje  septentrional del continente suramericano, se desarrolla la primera crisis humanitaria del mundo occidental, en el siglo XXI, los indicadores en materia económica ya perdieron la capacidad de describir la racionalidad con la cual fueron ideados, así hay que entenderlo pues el desiderátum de la coalición en el poder, es derrumbar hacia la miseria al país que alguna vez ostentó las condiciones económicas, políticas y sociales más estables de la región. Este año es singular por la eclosión de dos sucesos importantes uno la reelección deslegitimada del líder de la coalición dominante, en medio de unas elecciones totalmente cuestionables y sin ninguna garantía, frente a un vicio de nulidad del poder electoral, que mutó para desarrollar una suerte de totalitarismo semi perfecto y desde este instante la frenética idea de gobernar sobre la economía e intentar de manera anquilosada planificarla centralizadamente, en medio de la más escandalosa hiperinflación vivida en el planeta, la mayor del siglo XXI y la quinta más gravosa de la historia de la humanidad, cifras de hambruna, pandemias y muerte rondan cada rincón de un país que perece, frente a la mirada cómplice de sus vecinos, quienes han asumido la postura de plañideras frente a un drama de desplazamiento que pone en vilo sus estadios sociales y la capacidad de dar respuestas a los dramas de la pobreza, la delincuencia, el hacinamiento y la pobreza que desplazo al petróleo como bien principal de la otrora Venezuela, inexistente y cada vez más cercana a un relato lejano de un país que está siendo destruido por la coalición que los gobierna, bajo el amparo de la China Comunista y la Rusia delirante de Putin.

De migración, pasamos a diáspora y ahora a un éxodo desordenado de las capas menos favorecidas de la población, estos venezolanos huyen del país sin divisas, cargados con lo mínimo, huyendo del hambre, la violencia, los mecanismos de apartheid, el horror del Estado Total, ese que se metió a hurtadillas en la vida de los sectores profesionales, medios y bajos de un país sencillamente destruido por una nueva suerte de desastre natural, la hegemonía de una coalición destinada para la realización de un proyecto personal, que conduzca a la autocracia, a la cleptocracia y al manejo total de una sociedad lanzada a la deriva, no es un mal gobierno es un gobierno para el mal, eso que denuncio la judía Hanah Arendt, la levedad del mal, su banalización se mezcló de manera perfecta con la inmadurez de una sociedad indiferente e indolente, cuando se reaccionó frente al horror, los sectores opositores estaban totalmente permeados por la coalición dominante y lejos de perforarla, para lograr su ulterior salida, la fortalecieron al desunirse y mostrar todas las fracturas y grietas que la imposibilitan para el ejercicio del poder.  En este himno a la desidia internacional, sobre el drama de Venezuela, es menester resaltar las valientes posturas del Secretario de la OEA, el uruguayo Almagro quien a guisa de arengador de unas fuerzas democráticas inexistentes en el continente, alerta sobre el drama humano de nuestra ex república. Indignan las posiciones de Pepe Mujica, quien al parecer perdió las formas al exculpar a Maduro, no es comprensible tal grado de complacencia frente a este horror, demasiado levedad y laxitud, frente a una hecatombe humanitaria, que expolia las calles de la ciudad, que nos sume en la tragedia de la cotidianidad sin servicios públicos mínimos, sin alimentos, sin efectivo y frente a una moneda que dejo de tener razón de ser, una moneda desagiada en cinco ceros, con un salario mínimo de subsistencia, que lacera la existencia cotidiana, que aniquila los sindicatos y convenciones colectivas de la mano de una coalición al parecer obrera, inmenso oxímoron. En el contexto de ostentar la caída de la economía más alta de la historia de la humanidad en paz, -44% de contracción del PIB.

Atrás quedaron nuestros centros urbanos, hoy convertidos en cascarones huecos, la mejor descripción de nuestro país es la de Thomas Hobbes, somos una suerte de Leviatán en donde la existencia, es miserable, terrible y violenta, un Estado fallido, del cual huyen a diario aquellos que pueden hacerlo físicamente por cualquier vía, dejando al frio cálculo del suicidio como  otra vía alterna para escapar de Maduro y su maléfica manera de gobernar, estamos frente a una tiranía en medio del siglo XXI, siglo al cual Venezuela jamás se adscribió y aposto por el atavismo del violento siglo XIX.

Es imposible predecir qué ocurrirá, aun indemne se mantiene la coalición coqueteando con su socio asiático a quien le adeuda 28 mil millones de dólares, aproximadamente 350% de lo atesorado en RRII, las cuales se hayan en su histórico más bajo, en una sima de miseria, el país no tiene acceso a lo consolidado en el FMI. El programa de recuperación es un amasijo de malas praxis, es más resultaría un error calificarlo de paquete o medidas, es un grupo de ideas desordenadas y sin contexto apuntadas a destruir a las pocas instituciones públicas y privadas, que resulten de dique de contención a la idea de tiranizar a toda la sociedad.

A un mes de su aplicación el comercio no responde, salvo aquel dispuesto para la dieta mínima, para sostener la penuria del día a día, las empresas se juegan su independencia, con un plan de subsidios inviable e imperfecto del excedente de la nómina, la hiperinflación se alimenta con la emisión de dinero virtual, por parte de un BCV, que esta extraviado en un contexto desarticulado de acciones, que lejos de producir estabilidad generan mayores grados de entropía.

La inflación se estima en diez puntos incendiarios, es decir un valor que superaría los 500% para el mes nueve y de mantenerse nos llevaría a 44.000.000% para finalizar este horror, tal vez la salida está en irse y abandonar todo, en lo personal apuesto por luchar aquí, asumir la mengua a lo Reinaldo Solar y perecer, de ser necesario con el país y si se recupera cobrar la cuota ganada, que en mi caso, se resume en educación, honestidad absoluta, moral absoluta y solidaridad.

En medio de esta vorágine elevo al mundo libre la imperiosa necesidad de tomarse en serio este drama, ahora que estamos a tiempo, dejar la retórica y asumir la acción por el rescate de casi treinta millones de personas, que mueren de mengua, de hambre, de horror frente a la cobardía de nuestros vecinos. China y Rusia serán responsables de este holodomor con sazón caribeña, la maldad de Maduro es inédita, mientras este artículo se redacta, acaba de atracar un buque hospital en Venezuela, desde la comunista China, entonces naufragaron los barrio adentro, los curanderos comunitarios ungidos de ficticios médicos y los planes de la salud, la respuesta es que ese naufragio se dio con el fracaso de la escuela y el hogar.

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