Lalo Rey, barinés de sangre y espíritu desde 1975, cantante, músico y tercer hijo de Elba Brizuela y Luis Salavarría. Después de una reconocida carrera musical, interpretando la música llanera, llevada por sus venas como buen barinés y dejando como fruto tres producciones discográficas inicia una nueva relación con un amor platónico: El bolero. El crecióescuchando este género musical. Su padre tenía un tocadiscos en la humilde casa donde vivían, ubicada en el barrio Santa Rita, donde todas las tardes escuchaba piezas de Julio Jaramillo, Javier Solís y tangos de Carlos Gardel. El pequeño Luis se acercaba para disfrutar las melódicas y románticas piezas musicales, demostrando, desde temprana edad, su interés por esta clase de música. Sin embargo, sus inicios fueron en el género llanero.
A los 4 años, “Lalo” se aprendió “Laguna vieja” y “Pesadilla entre las flores”, ambas del cantante venezolano y gran amigo, Reynaldo Armas, con el incentivo de su madre, quien lo ha apoyado en cada paso. Sus dos primeras presentaciones fueron a escondidas de su padre. Él no quería que Luis fuese cantante. Después de su tercer show, su padre cedió acompañarlo.
“De ahora en adelante lo represento yo”, le dijo su progenitor, cumpliéndolo desde entonces.
Lalo tuvo una infancia entre escuela y mandados, como cualquier niño venezolano, aunque, por sus interpretaciones en actividades musicales de la región, ya era conocido en su zona, al punto que personas desconocidas lo saludaban o decían: “¡Allá va Lalito!”.
En su adolescencia, el canto pasó a ser un oficio para sobrevivir, tras la separación de sus padres a sus 11 años. A Lalo le tocó apoyar económicamente a Elba.
“Doy gracias a Dios por todas esas experiencias. Hoy me considero un hombre plenamente feliz, porque Dios me ha permitido cumplir todos mis sueños”.
Uno de esos sueños es “Momentos”, su primer disco en este género, donde Lalo Rey presenta una nueva forma de cantar bolero, tomando temas exitosos como Nuestro juramento, Mar y Cielo, Rayito de Luna, Algo Contigo, que han aportado los distintos exponentes del género a lo largo del tiempo. Busca recuperar al bolero, que considera ha estado huérfano, tras la invasión de géneros tropicales y urbanos en las radios y plataformas. Es un regalo para América Latina y el mundo para que aquel que los disfrute se haga el juez.
Este trabajo discográfico viene de la mano de los Hermanos Rodríguez, quienes son referente dentro y fuera de Venezuela con más de 50 años de trayectoria.
“Es un gran placer haber contado con el apoyo de estos grandes de la música”. Todo en la vida tiene su momento. No dejo la música llanera, es mi vida, pero es momento de recuperar al bolero, es un regalo para América Latina y el mundo. Siempre he pensado que recordar es vivir. Recordamos momentos de amor, anécdotas, experiencias, amores, familiares y todo eso lo engloban las canciones que estamos dejando a disposición y consideración de ustedes.
Fuente: NDP
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