Los miserables…Venezuela: Por Arnaldo García Pérez

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Haciendo zapping en la programación un día cualquiera me tope con la publicidad de un musical que tendrá lugar en Caracas en el mes de noviembre, su título: “Los Miserables”. Evidentemente se trata de la puesta en escena de la Obra maestra del gran poeta, escritor y político francés Víctor Hugo. Sin embargo, tal y como se presenta la publicidad el titulo que le dan para las redes sociales es “Los Miserables Venezuela” …cosa para comentar.

Los Miserables es considerada una de las obras mas importantes del siglo XIX ya que plantea argumentos de profunda reflexión filosófica de vida. El bien y el mal, la riqueza y la pobreza, la política, la ética y la religión se ven inmersas a lo largo de sus tramas y en el desarrollo de los personajes que le dan vida. Las desigualdades de esa época, con el manejo arbitrario de la justicia y las oportunidades, son el acontecer que alimenta las historias en una Francia de época y atravesando fuertes temas políticos. Tal vez lo mas importante de esta obra es la oportunidad que le da el autor a la posibilidad humana de redimirse, a la justicia personal que le permite al hombre reconocer sus pecados y reorientar su vida para comenzar de nuevo.

Es una historia centrada en la vida de un hombre que comienza por el camino mas tortuoso y desviado, llevándolo a la cárcel y a vivir con el estigma de ser un peligro para la sociedad. Pero también es la historia de la bondad y la creencia en la pureza del ser humano, que brinda oportunidades de meditación y maneras de enfocar la vida con un propósito más loable. Se trata de reflexión, acción y cambio en los procesos de la naturaleza humana.

Los Miserables Venezuela, es un nombre de verdad irónico. Alejando los momentos históricos, la trama de aquella novela se convierte en la realidad de nuestro país en la actualidad. Como en un mundo bizarro, encontramos las mismas desigualdades sociales, económicas y jurídicas. Una justicia comprometida y desbalanceada. La ética y la moral tienen tantas perspectivas como usuarios de ellas quieran aprovecharse. El egoísmo entre hermanos se hace evidente en la poca solidaridad y en el aprovechamiento desmedido de las ventajas que unos puedan tener sobre otros. Esa es nuestra realidad dolorosa, pero no por eso permanente.

Tal vez su puesta en escena nos lleve a reflexionar sobre nuestro presente y futuro. Vivimos las mismas desigualdades, carencias y necesidades, pero debemos y podemos apelar a nuestro liderazgo moral para sobreponernos y salir adelante. Existe en muchos una gran solvencia moral que debe ser nuestro escudo protector ante los antivalores que nos amenazan. Debemos comenzar a rescatar nuestra creencia en la nobleza del ser humano y dar oportunidades al cambio.

Somos mejores que nuestras circunstancias. Durante toda nuestra historia hemos demostrado estar llenos de principios y valores de nobleza, gran hermandad y solidaridad. Apelemos a ellos y comencemos a trabajar valerosos con firmeza por una visión de futuro.

“El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad.”

Víctor Hugo

Saludos

Arnaldo García Pérez
@arnaldogarciap
www.arnaldogarciap.blogspot.com

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