Compararse con los demás:¿bueno o malo?

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Compararse que los demás:¿bueno o malo?

 

 

Continuamente no suele ser una buena fórmula para aumentar la autoestima, sino todo lo contrario. Las personas perfeccionistas tienden a compararse todo el tiempo con otras personas y a sentirse en posición de inferioridad. La comparación excesiva nunca es buena para nadie. Cuando la comparación viene del exterior, es decir, de otras personas, tal vez es más fácil hacerle frente, pedir que se dejen las comparaciones de lado o hacer caso omiso.

 

Sin embargo, cuando las comparaciones vienen de uno mismo suele ser mucho más difícil hacerles frente, sobretodo porque en la mayoría de los casos las comparaciones suelen hacerse con respecto a personas con una gran cantidad de logros, virtudes y atributos positivos, por lo que es habitual minusvalorarse al hacer tales comparaciones. En otros casos, el perfeccionismo y la baja autoestima pueden llevarnos a tener incluso a una percepción deformada de uno mismo. Dicho de otra forma, existe un complejo proceso psicológico que puede llegar a hacernos sentir inferiores a raíz de una comparación con otra persona, aun cuando en tal comparación la diferencia que vemos no exista. Esto es muy común por ejemplo entre aquellas personas que sufren de anorexia, que  tienen una imagen distorsionada de sí mismas que hace que al compararse con otras personas o con modelos y artistas, se vean como más gordas cuando en realidad no lo son.

 

Por este motivo, es importante tener en cuenta que las comparaciones no suelen llevar a buen fin. De la misma forma por la que no es bueno estar constantemente comparando a los demás con otras personas, tampoco es bueno que nosotros nos comparemos con otras personas si esto nos lleva siempre a sentirnos defraudados de nosotros mismos.

 

Lo más importante para lograr aumentar la autoestima es saber comprender que todas las personas son diferentes y también lo es la vida y las circunstancias de cada uno. Mortificarse porque alguien ha obtenido un logro más, una mejor nota, un mejor puesto de trabajo o porque tiene ciertas comodidades en la vida, nunca es bueno. Uno debe aprender a mantener su propia vida y establecer sus propios parámetros, metas y objetivos, basados en lo que uno quiere y no en lo que los demás han podido lograr.

 

Las comparaciones pueden llegar a tener un lado positivo cuando no son excesivas y no se toman como algo malo, sino que simplemente se toma como una herramienta motivadora para mejorar y alcanzar ciertos logros. Sin embargo, hay que tener cuidado porque la línea que divide cuando la comparación es buena y cuando no lo es, es muy fina y  entrar en una dinámica de comparaciones puede llevarnos a un perfeccionismo extremo que no aumentará nuestra autoestima, ni nos harán sentirnos bien

 

 

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